Enseñanza para el 20 de Mayo del 2012
TEMA: Comienzo del proceso
Espiritual
Lectura Bíblica: San Mateo 3: 11-12
Vrs. Para memorizar: Colosenses 2:12
El Comienzo de este proceso
Espiritual empieza con el reconocimiento que debemos tener al igual que Juan
Bautista cuando habla con una gran humildad de sí mismo para mejor engrandecer
a Cristo. Juan a la verdad era grande a los ojos de Dios (más que ningún otro
nacido de mujer); sin embargo se tiene a sí mismo por indigno (lit. no calificado,
no idóneo) del servicio más bajo que un esclavo podía prestar a su amo:
llevarle las sandalias a su amo.
“El agua” era el concepto central
del ministerio de Juan Bautista (Jn. 3: 5-6), esto es poner fin al hombre de la
antigua creación. “El Espíritu” es el concepto central del ministerio de Jesús,
esto es, hacer germinar al hombre en la nueva creación con la vida divina.
Entonces entendemos que de aquí en adelante empieza este proceso espiritual o
sea con el nacimiento espiritual.
I.
Tres tipos
de bautismo.
a). En agua.
Hechos 19:4.
El bautismo efectuado por Juan
Bautista sólo tenía como fin que el hombre se arrepintiera y fuera conducido a
la fe en el Señor Jesús. Juan Bautista bautizaba a las personas como señal de
que habían pedido el perdón de sus pecados y se habían decidido a vivir como Él
quería que lo hicieran. El bautismo es una señal exterior. No es el agua del
bautismo lo que cambia vidas, sino la actitud del corazón. (Hch. 18:24-26) El
bautismo de Juan fue una señal de arrepentimiento de pecados solamente, no un
indicio de una nueva vida en Cristo. Estos creyentes necesitaban más
información en cuanto al mensaje y el ministerio de Jesucristo. Creían en Jesús
como el Mesías, pero no entendían el significado de la muerte y la resurrección
de Cristo, estos creyentes estaban incompletos.
b). En Espíritu Santo. 1ª. Co. 12:13.
El bautismo efectuado por el Señor
Jesús en el Espíritu Santo dio comienzo al reino de los cielos, al introducir a
los creyentes en el reino de los cielos. La iglesia, el cuerpo espiritual de
Cristo, es formada a medida que los creyentes son inmersos por Cristo con el
Espíritu Santo. Cristo es el que bautiza (Mt.3:11), Él sumerge a cada creyente
con el Espíritu de unidad con todos los demás creyentes.
Puesto que el Espíritu es la
esfera y el elemento de nuestro bautismo
espiritual, y puesto que en tal Espíritu todos fuimos bautizados en una sola
entidad orgánica, el cuerpo de Cristo, entonces todos nosotros, sin importar
nuestra raza, nacionalidad ni posesión social, debemos ser de este único
cuerpo. Cristo es la vida y el elemento que constituye este cuerpo, y el
Espíritu es la realidad de Cristo. Ser bautizados en el Espíritu es entrar en
el Espíritu y perderse en Él.
Beber del Espíritu es recibir al
Espíritu en nuestro interior y permitir que nuestro ser sea saturado de Él.
Esto muestra que el hecho de que seamos de Cristo depende de Su Espíritu (Ro.
8:9). Si el Espíritu de Cristo no existiera o si Cristo no fuera el Espíritu,
no tendríamos manera de unirnos a Él ni de pertenecer a Él. Sin embargo, el
hecho es que Cristo es el Espíritu (2ª.Co. 3:17), está en nuestro espíritu (2ª.
Ti.4:22) y es un solo espíritu con nosotros (1ª.Co. 6:17). Nosotros tenemos el
Espíritu de Cristo según el origen, el nuevo nacimiento; por tanto, somos de
Cristo y pertenecemos a Él. Sin embargo, en nuestra experiencia y condición
espiritual en la actualidad, no es suficiente que seamos de Él; también
necesitamos estar con Él.
c). En Fuego = Juicio Mal.4:1.
Aquí en este versículo (Mt. 3:11), el
fuego es utilizado como medio de juicio. Este se refiere a un bautismo de
juicio contra los que no se arrepienten.
Malaquías añade a la imagen de un
fuego refinador (Mal. 3:2) para hablar del juicio de Dios como un fuego destructor
que consume de forma rápida y completa con calor excesivo. La destrucción de
las raíces que normalmente serían protegidas por su ubicación subterránea,
presenta una imagen vívida y proverbial de su totalidad.
Según el contexto, este fuego no
es el fuego mencionado en (Hch. 2:3), el cual esta relacionado con el Espíritu
Santo, sino el mismo fuego mencionado en (Mt. 3:10 y 12), el del lago de fuego
(Ap. 20:15), donde los incrédulos sufrirán perdición eterna.
Así que en este versículo (Mt.
3:11) hay tres clases de bautismo: el bautismo en agua, el bautismo en el
Espíritu y el bautismo en fuego.
El bautismo en agua efectuado por
Juan Bautista introducía a la gente en el reino de los cielos.
El bautismo en el Espíritu
realizado por el Señor Jesús dio comienzo al reino de los cielos y lo
estableció el día de Pentecostés y lo llevará hasta su consumación al final de
esta era.
El bautismo en fuego que llevará
acabo el Señor, conforme al juicio del gran trono blanco (Ap. 20: 11-15),
concluirá el reino de los cielos.
ES IMPORTANTE ESCUDRIÑAR LAS ESCRITURAS PARA PODER ENTENDER LO QE DIOS NOS KIERE DECIR
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