Enseñanza para el 2 de Septiembre del 2012
TEMA:
EL PODER DE CRISTO
Lectura Bíblica: San Mateo 4: 24-25
Vrs. para memorizar: San Marcos 16:17
Siria. Importante país al
nordeste de Palestina que constituyó una amenaza política para Judá e Israel
durante la mayor parte de su historia.
Durante el reinado de los
seléucidas, Siria fue la principal provincia del reino. A fines del siglo II
a.C., el Imperio de los seléucidas se vio reducido a Siria. Pompeyo conquisto
Siria en 64 a.C. y la constituyó en una provincia imperial de Roma que se
extendía hasta el Éufrates, desde los montes Tauro hasta la frontera con
Egipto. En el año 70 d.C. Judea, en el extremo sur de Siria, fue separada y
hecha provincia bajo el mando de un legado imperial. En el Nuevo Testamento, Siria
es la provincia romana al norte de Judea y sobre la costa.
Decápolis. (en griego
diez ciudades) Una confederación de diez ciudades helenizadas ubicadas al S de
Galilea y mayormente al E del Jordán. La liga de ciudades fue formada
rápidamente después de la invasión de Ponpeya a Palestina (64 a.C.) para
preservar la cultura griega en la región semítica. Estas ciudades fueron
tradicionalmente fortalezas gentiles. Se organizaron en una liga por razones de
comercio y defensa. Luego de la conquista romana, fueron declaradas ciudades
libres, aunque sujetas al gobernador romano de Siria. Con la anexión nabatea y
la creación de la provincia de Arabia por el emperador Trajano (106 d.C.) la
Decápolis llegó a su fin.
Bajo el resplandor del nuevo Rey
como la gran luz que alumbra en las tinieblas, grandes muchedumbres fueron
atraídas y le siguieron con miras al reino de los cielos.
I.
El poder del
glorioso evangelio.
Poder de Dios
(Ro. 1:16) Esto significa una fuerza potente que pueda abrirse paso por
cualquier obstáculo. Este poder es el mismo Cristo resucitado, quién es el
espíritu vivificante, y resulta en salvación para todo aquel que cree.
a).
Obras incomparables de Cristo
Hch. 10: 37-38.
La
proclamación del Salvador tenía como fin anunciar las buenas nuevas de Dios a
las personas miserables que estaban en cautiverio; el propósito de su enseñanza
era iluminar con la luz divina de la verdad a los ignorantes, loa cuales
estaban en tinieblas. Su proclamación supone una enseñanza, y su enseñanza
implica una proclamación. Esto fue lo primero que Él hizo en su ministerio, y
también era la estructura total de su servicio evangélico.
Después de ser
bautizado el Señor (Mt. 3:16) se puso a su disposición tres cosas: los cielos
abiertos, el espíritu de Dios que descendió y el hablar del Padre y vemos las
obras que asía nuestro Señor (Lc. 6:
17-18).
b).
Poder no comprendido por los seguidores Jn. 6:26
Jesús
criticaba a las personas que lo seguían únicamente por los beneficios físicos y
temporales en lugar de hacerlo para saciar su hambre espiritual. Muchas
personas utilizan la religión para obtener prestigio, consuelo, incluso votos
políticos. Pero esos motivos son egoístas. Los verdaderos creyentes siguen a
Jesús porque saben que Él tiene la verdad y que su verdad es camino de vida.
Una vez
conocido el poder sanador de Jesús (Lc. 6:19), las multitudes se reunían solo
para tocarlo. Para muchos, llegó a ser un símbolo de buena fortuna, un amuleto
de suerte o un mago. En lugar de desear el perdón de Dios y su amor, buscaban
sanidad física o un cambio para que se vieran acciones espectaculares. Algunas
personas todavía ven en Dios a un mago cósmico y oran solo para mitigar su
dolor o lograr que manifieste sus trucos. Pero Dios no es un mago, es el
Maestro. La oración no es una forma para controlarlo, sino un medio para
ponernos bajo su control. En (Mr. 5:30) vemos el “poder” de Jesús, su
habilidad inherente para ministrar y obrar sobrenaturalmente, procedía de Él
mismo bajo el control consciente de su soberana voluntad. ¿Quién a tocado mis vestidos? Jesús
hizo esta pregunta, no por
ignorancia, sino para hacer salir a la mujer de entre la multitud y permitirle
alabar a Dios por lo que había sucedido en ella.
Sus vestidos
representan su conducta perfecta en su humanidad, es decir, su perfección en
sus virtudes humanas. Tocar sus vestidos en realidad era tocarlo a Él en su
humanidad, en la cual Dios estaba corporificado (Col.2:9). Con dicho toque su
poder divino fue comunicado, por medio de la perfección de su humanidad, a la
mujer que lo había tocado, y llegó a ser la sanidad para ella.
c).
Ministerio de sanidad y revelación da gozo Hch. 8:7-8
Jesús
predicaba las buenas nuevas o buenas noticias a todo el que quisiera oírlas.
Las buenas nuevas son que el reino de los cielos ya llegó, que Dios está con
nosotros, y que se ocupa de nosotros. Puede sanarnos, no solo de enfermedades
físicas, sino también de las espirituales. No hay pecado ni problema demasiado
grande ni demasiado pequeño para Él. Las palabras de Jesús eran buenas nuevas
porque ofrecían libertad, esperanza, paz y vida eterna con Dios.
Los demonios
son reales y están activos, pero Jesús tiene autoridad sobre ellos y ha
delegado su autoridad a sus seguidores. A pesar de que permite que Satanás obre
en nuestro mundo, Dios tiene el control total. Como no tener gozo por la
sanidad realizada por nuestro Señor y no solo eso si no que nos dio su
revelación (Mt. 11:25; 1Co. 1:26-27)
Dios desdeñó
la sabiduría humana, no solo al descalificarla como medio para llegar a conocerlo, sino también en su elección de
salvar a los humildes. Él no llama a salvación a muchos de los que el mundo
llamaría sabios, poderosos y nobles (Mt. 11:25). La sabiduría de Dios es
revelada a los que son considerados tontos, débiles y comunes por los elitistas,
como resultado de haber depositado su confianza en Jesucristo como Salvador y
Señor. Es evidente que Dios recibió todo el crédito y la gloria por haberse
asegurado que tales personas humildes alcanzaran conocimiento de Él y de las
verdades eternas de su reino celestial. Ningún pecador salvo puede jactarse de
haber alcanzado la salvación por su intelecto (1 Co. 1:29).
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