miércoles, 22 de agosto de 2012

Enseñanza para el 26 de Agosto del 2012


Enseñanza para el 26 de Agosto del 2012
Tema: EL  ENVIADO  CUMPLIENDO  SU  MISIÓN

Lectura Bíblica: San Mateo 4: 23

Vrs. para memorizar: San Lucas 4: 43

Los romanos dividieron el territorio de Israel en tres regiones: Galilea, Samaria y Judea. Galilea estaba en la región más septentrional y tenía alrededor de 100 km de largo por unos 50 de ancho. Jesús pasó mucho tiempo de su ministerio en esta región, un lugar ideal para enseñar, sobre todo porque había más de 250 poblaciones y aldeas concentradas en esta pequeña región, con muchas sinagogas.

Sinagoga: (en griego, concurrencia, asamblea) Término que se aplica tanto al lugar en que se reunían los judíos para leer y estudiar las Escrituras, como a la asamblea misma de los allí reunidos (donde se tomaban decisiones drásticas de ser excluido de la sinagoga Jn. 9:22; 12:42; 16:2), tal como nuestro término “iglesia” se refiere tanto al edificio como a la congregación.
Jesús pronto desarrollo un ministerio de predicación poderoso y con frecuencia hablaba en la sinagoga. La mayor parte de los pueblos que tenían diez o más familias judías tenían una sinagoga. El edificio servía para reunirse los sábados y como escuela durante la semana. El líder de la sinagoga no era un predicador sino más bien un administrador. Su tarea consistía en invitar rabinos para que enseñaran y predicaran. La costumbre incluía invitar a rabinos visitantes como Jesús a hablarles.        

Los tres aspectos más sobresalientes de su ministerio:  

a).   Enseñando                   1Ti. 4:6
Jesús al enseñar mostraba su interés de que entendieran.
Jesús casi siempre enseñaba en las sinagogas (Lc. 4:21; Hch. 13:14-15). ¿Qué sucedía en el servicio de la sinagoga? Primero se recitaba el Shema (esto es Dt. 6:4, el cual los judíos repetían varias veces al día). Se elevaban ciertas oraciones, Lugo se leía la Ley (los libros de Génesis hasta Deuteronomio), una lectura de los profetas intentaba ilustrar la Ley y un sermón. Los principales de las sinagogas decidían quién debería dirigir el servicio y dar el sermón. Cada semana se elegía una persona diferente para que dirigiera.
La alimentación continua con las verdades de las Escrituras es esencial para la salud espiritual de todos lo cristianos (2Ti. 3:16-17), pero de manera especial para líderes espirituales. Solo mediante la lectura, el estudio, la meditación y el manejo correcto del contenido de la Palabra de Dios, puede un pastor cumplir lo que Dios le ha mandado hacer (2Ti. 2:15).
Un ministro de Cristo es aquel que sirve Cristo a otros, ministrándoles a Cristo como salvador. Es diferente de aquel que enseña la Ley y otras cosas (1Ti. 1:7;3). El fin de ser nutridos es el crecimiento en vida, lo cual es un asunto de vida; diferente de ser meramente enseñado, lo cual es un asunto de conocimiento. Para ministrar a Cristo a otros se requiere que primero nosotros mismos seamos nutridos con las palabras de vida relacionadas con Cristo. 

b).   Predicando                    Is. 61: 1
Jesús al predicar mostraba su interés en una entrega.
Jesús habla de cumplimiento inicial de esta promesa y la refiere a su ministerio de proveer el consuelo de la salvación a los oprimidos espirituales (Lc. 4: 18-19). Anunciar el evangelio fue la primera comisión del salvador como Ungido de Dios, como Mesías. Cuando habla de los pobres se trata de los pobres en las cosas celestiales, espirituales y divinas (Lc. 12:21; Ap. 3:17) y cuando dice libertad a los cautivos, se trata de los prisioneros de guerra pero de la guerra espiritual y que están prisioneros  bajo el cautiverio de Satanás (Is. 42:7)
Y cuando dice vista a los ciegos, son ciegos tanto física como espiritualmente (Sof. 1:17; Jn. 9:39-41). Ahora recobrar la vista esta relacionado con ser librado del poder de Satanás (Hch. 26:18).
c).   Sanando                          Is. 53: 4
Jesús al sanar mostraba su interés en la persona total.
Vamos a mirar un poco sobre el ministerio de sanidad de Jesús (Mt. 8:16-17), cuando habla de los endemoniados, esto quiere decir “demonizado” o bajo el control interno de un demonio. Todos los casos de posesión demoníaca con los que trató Cristo involucraban la posesión de demonios que controlaban por completo el cuerpo de sus victimas, llegando al punto de hablar a través de ellas (Mr. 5:5-9), causarles trastorno (Jn. 10:20), violencia (Lc. 8:29) o enmudecimiento (Mr. 9: 17-22).
Los muchos endemoniados y todos los enfermos representan a todos los que están en la tierra durante el milenio. El milenio será la última dispensación del primer cielo y de la primera tierra. En el milenio, el poder de echar fuera demonios y sanar enfermedades se manifestara a lo sumo. Por consiguiente, todos los endemoniados y todos los enfermos serán sanados. Este poder tan grande es el poder de la edad venidera (He. 6:5). Echar fuera demonios y sanar a los enfermos en esta era es sólo el anticipo del inmenso poder de la era venidera.
Todas las sanidades realizadas en la gente caída son el resultado de la redención del Señor. En la cruz Él quitó nuestras dolencias, cargó sobre sí nuestras enfermedades, y realizó una sanidad completa para nosotros. Sin embargo, en esta era la aplicación de este divino poder sanador sólo es un anticipo para nosotros; en la era venidera lo experimentaremos en plenitud.
Sus milagros de sanidad autenticaban sus enseñanzas y su predicación, y demostraban que de veras venía de Dios.     

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